Observación clase número 4
17 de octubre de 2014
OBSERVACIÓN
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REFLEXIÓN
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Este día la profesora llegó al salón hacia las 8:30
mencionando que debía ir a coordinación a encargarse de unos asuntos de
estudiantes de otro noveno que tenía que solucionar. Como estaba programado
que este día iba a realizar la prueba diagnóstico a los estudiantes, me pidió
que me hiciera cargo del grupo mientras ella iba a coordinación. Los
estudiantes no estaban muy animados por la prueba, tal vez por el hecho de
representar una obligación, quién sabe. La prueba estaba preparada para ser
realizada en el transcurso de las dos horas de clase.
En un primer
momento, y gracias a la aceptación por parte de los estudiantes; que me
colaboraron con el orden y el silencio, procedí a hacer la descripción de la
prueba y a continuación les leí la primera lectura que era un cuento. Les
pedí que volvieran a realizar la lectura ellos mismos para que les quedara
más clara la trama del mismo. En la primera parte de la prueba casi no se
demoraron ya que eran preguntas de selección múltiple. Esta primera parte que
estaba programada para ser respondida en unos 30 ó 40 minutos fue resulta en
unos 20 minutos aproximadamente.
En seguida los estudiantes pasaron a responder la
segunda y tercera parte en la cual debían escribir. Respondieron todo muy rápido y la prueba que se suponía iba a
tener una duración de dos horas, en menos de una hora ya estaba resuelta.
Aunque de manera muy superficial, por así decirlo, pues muchos de los
estudiantes mencionaban no ser muy buenos para escribir y no querían
esforzarse mucho. Tuve que acudir a las palabras para intentar hacerlos
reflexionar sobre sus propias capacidades que ellos mismos no se reconocen.
A medida que me iban entregando las pruebas
resueltas, yo las iba mirando y les iba comentando a quienes no habían
escrito bien, que si querían corregir sus escritos para que les quedaran
mejores, podían hacerlo. Ante esto, los estudiantes respondieron de manera
positiva y se dedicaron a corregir sus escritos, siendo esta la manera que
encontré para ocupar el tiempo que tenía de sobra y no sabía en qué utilizar.
De este modo transcurrió la mayoría del tiempo de la
clase. Cuando todos terminaron, algunos me pidieron permiso para hacer tareas
de otras asignaturas que debían presentar en la siguiente hora. Debido a no
tener otra actividad programada para realizar con los estudiantes, les
autoricé ocupar su tiempo en lo que quisieran hacer. Sin embargo, hacia el
final se logro unir el grupo para que,
entre todos comentaran, las impresiones generales que tuvieron al responder
la prueba. Así culminó la clase y la profesora nunca volvió.
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Cuando inicié
la clase me sentía tranquila al pensar
en que todo estaba preparado y bajo control. Me gustó sentir cierta
aprobación hacia las lecturas que les llevé en la prueba. Pero en el momento en me percaté que las
cosas no estaban tan controladas, pues ni siquiera se demoraron lo esperado
sino muchísimo menos, me puse algo nerviosa. Pues no sabía en qué iba a
ocupar el resto de tiempo que no esperaba tuviese que gastar en otra
actividad.
A pesar de todo, y gracias a la capacidad de poder
transmitir seguridad aún en el momento de más nerviosismo, logré aparentar
que todo estaba bien y no importaba que se hubiesen demorado tan poco.
Gracias a esto, considero, fue que salió bien la actividad, pues sirvió para
escuchar a los estudiantes y de este modo conocer sus propias apreciaciones
sobre la prueba.
Fue satisfactorio escuchar comentarios que apuntaban
hacia la pertinencia de las lecturas, la facilidad de comprensión de las
mismas y el gusto hacia realizar una prueba de este tipo. Que, valga decir,
no realizan muy a menudo en la institución. Al final me sentía muy bien y satisfecha de que, a pesar de tantos nervios, hubiese logrado sacar adelante la
actividad y, más aún, hubiese sabido ocupar el tiempo restante discutiendo con
los mismos estudiantes.
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Observación clase número 5
20 de octubre de 2014
OBSERVACIÓN
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REFLEXIÓN
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En el momento en que llegué al colegio, cuando aún
estaban en la hora de descanso, próximos a entrar, me enteré de que la
profesora estaba incapacitada y no iba a llegar. En seguida entraron de
descanso los estudiantes que iban llegando al salón me preguntaban si yo iba
a reemplazar a la profesora. No sabía qué hacer, por lo tanto me dirigí a la
coordinación a preguntar qué debía hacer. Le comenté a la coordinadora que
los estudiantes tenían pendiente unas exposiciones para este día y que
algunos de ellos querían realizarlas.
La coordinadora me pidió colaboración para
encargarme del grupo y que no se quedaran sin hacer nada y molestando. Por
esto, nuevamente me vi sola en el aula
de clase y sin saber cómo ocupar el tiempo pues los grupos que exponían solo
eran dos, y sabía de antemano que me iba a sobrar tiempo.
Los temas de exposición eran Oraciones simples y
Oraciones coordinadas copulativas. Fue un poco complicado lograr un orden
inicial en el salón pues había mucho ruido y nadie ponía atención.
Tuve que ponerme un poco seria, es decir, hacer un
gesto y tono de voz más fuertes para lograr la atención de todos los
estudiantes. Como el primer grupo no quería exponer, y ante la curiosidad por
los resultados de la prueba. Preferí iniciar la clase socializando la prueba
diagnóstico y escuchando comentarios al respecto para pasar a entregar las pruebas ya
calificadas. Les tomé las notas a cada unos y las computé en una lista que le
había pedido de antemano a la coordinadora. Los estudiantes tuvieron una buena
respuesta frente a este comienzo de la clase y participaron mucho.
A
continuación, los dos grupos de exposición pasaron. Hubo buen orden en el
salón, lo que contribuyó a que las exposiciones pudieran realizarse
correctamente, es decir, con ejemplos respectivos, con participación por
parte de los compañeros y la coevaluación respectiva.
Hacia el final, cuando quedaban pocos minutos para
finalizar la clase, estuvimos sentados en mesa redonda discutiendo temas que
los estudiantes iban proponiendo. Todo salió bien, y hubo un buen control del
grupo y las actividades.
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Cuando me enteré de que la profesora estaba
incapacitada y supe que tendría que encargarme otra vez del grupo sin tener
nada preparado, los nervios me
invadieron. No sabía cómo comenzar, el preámbulo necesario, tampoco me sentía
capacitada para enseñar los temas que se iba a exponer y pensé no estar preparada..
Sin embargo, tuve que acudir a la improvisación y la seguridad
transmitida a los estudiantes y el
tono de voz adecuado me sirvieron para lograr captar su atención y
entretenerlos con la socialización de la prueba diagnóstico.
Me gustó mucho el hecho que los estudiantes quisieran saber los resultados de la prueba e incluso debatirla entre todos. Mientras leía las lecturas, todos estuvieron atentos y pude percatar que les habían gustado los textos escogidos, lo cual me fue de mucho agrado. Me dijeron cosas como que el primer texto estaba muy interesante, y este comentario me pareció apropiado y que apuntaba hacia cierta crítica, pues lo compararon con los textos "simples" que trabajaban con otros profesores.
Todo el tiempo estuve a la expectativa y muy
nerviosa, pero me di cuenta que los estudiantes aprobaban mis actividades y el dominio del grupo se me permitía, pues todos colaboraban con su participación y orden. Por esta razón, me relajé y me dispuse a tomarme las cosas como
vinieran, siendo me estaba saliendo todo bien. Otra situación que me llamó la atención fue el que algunos estudiantes hubiesen querido participar de las lecturas y así lo permití en un momento. Hacía el final de la clase, me sentí muy satisfecha y contenta pues logré mantener a todos los estudiantes entretenidos, en orden y participando. Así terminó esta sesión de clase.
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