viernes, 27 de febrero de 2015

DIARIOS DE CAMPO



Observación clase número 4
17 de octubre de 2014


OBSERVACIÓN

REFLEXIÓN

Este día la profesora llegó al salón hacia las 8:30 mencionando que debía ir a coordinación a encargarse de unos asuntos de estudiantes de otro noveno que tenía que solucionar. Como estaba programado que este día iba a realizar la prueba diagnóstico a los estudiantes, me pidió que me hiciera cargo del grupo mientras ella iba a coordinación. Los estudiantes no estaban muy animados por la prueba, tal vez por el hecho de representar una obligación, quién sabe. La prueba estaba preparada para ser realizada en el transcurso de las dos horas de clase.
En un  primer momento, y gracias a la aceptación por parte de los estudiantes; que me colaboraron con el orden y el silencio, procedí a hacer la descripción de la prueba y a continuación les leí la primera lectura que era un cuento. Les pedí que volvieran a realizar la lectura ellos mismos para que les quedara más clara la trama del mismo. En la primera parte de la prueba casi no se demoraron ya que eran preguntas de selección múltiple. Esta primera parte que estaba programada para ser respondida en unos 30 ó 40 minutos fue resulta en unos 20 minutos aproximadamente.
En seguida los estudiantes pasaron a responder la segunda y tercera parte en la cual debían escribir. Respondieron todo  muy rápido y la prueba que se suponía iba a tener una duración de dos horas, en menos de una hora ya estaba resuelta. Aunque de manera muy superficial, por así decirlo, pues muchos de los estudiantes mencionaban no ser muy buenos para escribir y no querían esforzarse mucho. Tuve que acudir a las palabras para intentar hacerlos reflexionar sobre sus propias capacidades que ellos mismos no se reconocen.
A medida que me iban entregando las pruebas resueltas, yo las iba mirando y les iba comentando a quienes no habían escrito bien, que si querían corregir sus escritos para que les quedaran mejores, podían hacerlo. Ante esto, los estudiantes respondieron de manera positiva y se dedicaron a corregir sus escritos, siendo esta la manera que encontré para ocupar el tiempo que tenía de sobra y no sabía en qué utilizar.
De este modo transcurrió la mayoría del tiempo de la clase. Cuando todos terminaron, algunos me pidieron permiso para hacer tareas de otras asignaturas que debían presentar en la siguiente hora. Debido a no tener otra actividad programada para realizar con los estudiantes, les autoricé ocupar su tiempo en lo que quisieran hacer. Sin embargo, hacia el final se logro unir el  grupo para que, entre todos comentaran, las impresiones generales que tuvieron al responder la prueba. Así culminó la clase y la profesora nunca volvió.

Cuando inicié  la clase me sentía tranquila al pensar  en que todo estaba preparado y bajo control. Me gustó sentir cierta aprobación hacia las lecturas que les llevé en la prueba.  Pero en el momento en me percaté que las cosas no estaban tan controladas, pues ni siquiera se demoraron lo esperado sino muchísimo menos, me puse algo nerviosa. Pues no sabía en qué iba a ocupar el resto de tiempo que no esperaba tuviese que gastar en otra actividad.
A pesar de todo, y gracias a la capacidad de poder transmitir seguridad aún en el momento de más nerviosismo, logré aparentar que todo estaba bien y no importaba que se hubiesen demorado tan poco. Gracias a esto, considero, fue que salió bien la actividad, pues sirvió para escuchar a los estudiantes y de este modo conocer sus propias apreciaciones sobre la prueba.
Fue satisfactorio escuchar comentarios que apuntaban hacia la pertinencia de las lecturas, la facilidad de comprensión de las mismas y el gusto hacia realizar una prueba de este tipo. Que, valga decir, no realizan muy a menudo en la institución. Al final me sentía muy bien  y satisfecha de que, a pesar de tantos  nervios, hubiese logrado sacar adelante la actividad y, más aún, hubiese sabido ocupar el tiempo restante discutiendo con los mismos estudiantes.





Observación clase número 5
20 de octubre de 2014


OBSERVACIÓN

REFLEXIÓN

En el momento en que llegué al colegio, cuando aún estaban en la hora de descanso, próximos a entrar, me enteré de que la profesora estaba incapacitada y no iba a llegar. En seguida entraron de descanso los estudiantes que iban llegando al salón me preguntaban si yo iba a reemplazar a la profesora. No sabía qué hacer, por lo tanto me dirigí a la coordinación a preguntar qué debía hacer. Le comenté a la coordinadora que los estudiantes tenían pendiente unas exposiciones para este día y que algunos de ellos querían realizarlas.
La coordinadora me pidió colaboración para encargarme del grupo y que no se quedaran sin hacer nada y molestando. Por esto, nuevamente me vi sola  en el aula de clase y sin saber cómo ocupar el tiempo pues los grupos que exponían solo eran dos, y sabía de antemano que me iba a sobrar tiempo.
Los temas de exposición eran Oraciones simples y Oraciones coordinadas copulativas. Fue un poco complicado lograr un orden inicial en el salón pues había mucho ruido y nadie ponía atención.
Tuve que ponerme un poco seria, es decir, hacer un gesto y tono de voz más fuertes para lograr la atención de todos los estudiantes. Como el primer grupo no quería exponer, y ante la curiosidad por los resultados de la prueba. Preferí iniciar la clase socializando la prueba diagnóstico y escuchando comentarios al respecto  para pasar a entregar las pruebas ya calificadas. Les tomé las notas a cada unos y las computé en una lista que le había pedido de antemano a la coordinadora. Los estudiantes tuvieron una buena respuesta frente a este comienzo de la clase y participaron mucho.
 A continuación, los dos grupos de exposición pasaron. Hubo buen orden en el salón, lo que contribuyó a que las exposiciones pudieran realizarse correctamente, es decir, con ejemplos respectivos, con participación por parte de los compañeros y la coevaluación respectiva.
Hacia el final, cuando quedaban pocos minutos para finalizar la clase, estuvimos sentados en mesa redonda discutiendo temas que los estudiantes iban proponiendo. Todo salió bien, y hubo un buen control del grupo y las actividades.

Cuando me enteré de que la profesora estaba incapacitada y supe que tendría que encargarme otra vez del grupo sin tener nada preparado,  los nervios me invadieron. No sabía cómo comenzar, el preámbulo necesario, tampoco me sentía capacitada para enseñar los temas que se iba a exponer y pensé no estar preparada..
Sin embargo, tuve que acudir a la improvisación y la seguridad transmitida a los estudiantes y el   tono de voz adecuado me sirvieron para lograr captar su atención y entretenerlos con la socialización de la prueba diagnóstico.

Me gustó mucho el hecho que los estudiantes quisieran saber los resultados de la prueba e incluso debatirla entre todos. Mientras leía las lecturas, todos estuvieron atentos y pude percatar que les habían gustado los textos escogidos, lo cual me fue de mucho agrado. Me dijeron cosas como que el primer texto estaba muy interesante, y este comentario me pareció apropiado y que apuntaba hacia cierta crítica, pues lo compararon con los textos "simples" que trabajaban con otros profesores.

Todo el tiempo estuve a la expectativa y muy nerviosa, pero me di cuenta que los estudiantes aprobaban mis actividades y el dominio del grupo se me permitía, pues todos   colaboraban con su participación y orden. Por esta razón,  me relajé y me dispuse a tomarme las cosas como vinieran, siendo me estaba saliendo todo bien. Otra situación que me llamó la atención fue el que algunos estudiantes hubiesen querido participar de las lecturas y así lo permití en un momento. Hacía el  final de la clase, me sentí muy satisfecha y contenta pues logré mantener a todos los estudiantes entretenidos, en orden y participando. Así terminó esta sesión de clase.



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